Los agentes inmobiliarios no solo enseñamos propiedades. Podemos ser mucho más útiles y facilitar mucho la tarea de encontrar vivienda. En los portales podemos ver infinidad de viviendas, muchas fotos, incluso viviendas con diferentes precios, y todo eso nos vuelve locos. Las fotos nos hacen una idea de cómo es esa vivienda, de si necesita reformas, sus vistas, si se ha cuidado a lo largo de los años…
Un buen agente inmobiliario, también es tu guía personal. Cuéntanos lo que buscas, tus necesidades. Nosotros nos encargamos de buscar lo que más se ajuste. Tenemos ya experiencia en esto, y sabemos si un piso te va a encajar o no, por lo menos a primera vista, porque conocemos la zona, quizá el edificio, y nuestro trabajo es que tú quedes satisfecho con lo que compres. Podemos ahorrarte visitas innecesarias, ahorrándote tiempo.
Podemos comprender las necesidades de cada uno, no es lo mismo una pareja joven sin hijos que con hijos, una pareja de jubilados que recibe familia por vacaciones, que los que van ellos de vacaciones. Sabemos dónde buscar, estamos en contacto con otros agentes y podemos encontrar una buena selección en poco tiempo para que luego tú decidas cuál visitar.
También te vamos a acompañar en el proceso de compra, informándote de aspectos legales, de lo que vas a necesitar y de lo que debes comprobar, aclarando tus dudas y demás para que no haya contratiempos ni disgustos. Además, te vamos a asesorar y ayudar después de la compra en los cambios de titularidad de los servicios (agua, electricidad, domiciliación de tributos…)
En resumen, podemos decir, que un buen agente inmobiliario puede ser también tu asesor personal, ahorrándote mucho tiempo y facilitándote la tarea de elegir tu hogar.